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Grano de mostaza
Para la esencia política venezolana con P mayúscula, después de los errores cometidos por la oposición en el 2005, el año ha comenzado de manera muy interesante. La irrupción nuevamente de los diputados nacionales del oposicionismo al hemiciclo del Palacio Federal, nos ha permitido contrastar las profundas debilidades de algunos postulados y premisas que soportan endeblemente el discurso de muchos voceros de los partidos de la derecha. Les ha sido muy difícil justificar, la tipología de Dictadura que dicen ellos se vive en nuestro país. El pueblo se pregunta en su sabiduría infinita, como es posible que estos actores de manera descarada, enuncien problemas con las libertades y participación política, cuando todos hemos observado detenidamente por Tv y escuchado por radio, el uso formal y reglamentario de sus derechos de palabra en los candentes debates que se dan en el parlamento venezolano. Indudablemente que este hecho público ofrece la oportunidad de contraponer los dos modelos y visiones que se confrontan civilizadamente como parte de la dialéctica del pueblo venezolano en sus luchas por su redención y liberación. Al finalizar este primer mes del año 2011, la expectación continúa y se captan ya las costuras de una derrota en puertas de los partidos de oposición. La mentira sistemática como supuesto primitivo de la discusión de temas de alto interés para la población, cada vez mas consiente y madura, desmonta las intenciones de esta derecha sin viento. Los diputados patriotas de manera sencilla, pertinaz y certera, ofrecen sus argumentos para la mantener la continuidad del proceso revolucionario y en especial en el fortalecimiento de la construcción de esta etapa de transición hacia el socialismo del siglo XXI. Quienes dudaban del talante democrático del proceso venezolano han quedado desnudos ante la verdad y expectación de la ciudadanía. La conjura que en Venezuela existe una persecución política de quienes mantienen diferencias ideológicas con el Comandante Chávez, han tenido la ocasión de hasta despotricar del la misma majestad de la presidencia de la república. La presencia del primer mandatario en la sesión extraordinario de la Asamblea Nacional, con motivo a la rendición de memoria y cuenta, evidenció la poca tolerancia y madurez de algunos de los voceros de la derecha. La paciencia y sapiencia popular observó cómo estos compatriotas de la oposición, en su casi total mayoría, fueron incapaces de reconocer, al menos por cortesía y gentileza, características de nuestro pueblo, independiente de sus creencias, dieran un saludo sencillo a la magistral exposición del Comandante Presidente; parecían más bien estatuas inconmovibles y apáticas ante el mensaje a la nación. Cuando uno de ellos como gesto de cortesía, más que por reconocimiento, aplaudió uno de los pasajes expuestos por el mandatario; los demás miembros de su bancada le lanzaron miradas de odio y resquemor al joven diputado opositor. Lo cortés no quita lo valiente, nos enseñan nuestras madres y abuelas a este pueblo noble, sublime y digno. En nuestro caso más allá de las notables diferencias que indudablemente mantenemos, no perdemos la oportunidad de escuchar sus lamentables visiones, confrontándolas con la altura, verdades y contundentes argumentos, sin llegar a desconsiderarlos. En esos sencillos detalles de vida se construye una civilización de respeto mutuo, de humanismo y reconocimiento del otro, postulados del socialismo bolivariano y patriota que creemos y profesamos. Por ahora continúa el debate, continúa la vida…..y allí nuestro pueblo sabio que sabrá la ruta a seguir. Venceremos
William Fariñas