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La dinámica política en esta etapa de la revolución bolivariana está experimentando nuevas y legitimas situaciones, a partir de los intensos y polémicos debates que se están realizando en la Asamblea Nacional. La oportunidad que nos brindó el Comandante Presidente al recomendar la comparecencia de los ministros del gobierno bolivariano ante este principal ¨Foro¨ de los asuntos republicanos, le ha dado un impulso al fortalecimiento de la democracia venezolana y a la participación protagónica del pueblo como actor soberano de la vida pública nacional. En primer lugar, como nunca, cada ciudadano indistinto de su preferencia partidista, observa y escucha la presentación y rendición de la memoria y cuenta de la acción del gobierno. Es una de esas pocas veces en la historia política del país que se ha generado una importante expectativa por parte del pueblo para captar en profundidad de lo que se está dirimiendo en el claustro parlamentario. El reglamento de interior y debate de la Asamblea Nacional permite previa escogencia, para que un grupo de diputados de las distintas tendencias emitan sus juicios sobre la acción del gobierno. Cada parlamentario expone en el tiempo determinado su reflexión, Lo hace público y notorio con toda la carga valorativa que tiene a su alcance. En cada región, en cada pueblo, en cada caserío, plaza pública, centros comerciales, universidades y hasta los más apartados lugares de la nación, llega por radio y tv, los juicios y opiniones que se les hace a los ministros y a demás participantes del debate. Los niveles de atención de esta programación parecen haber superado en ocasiones los expectantes juegos de beisbol y hasta de las novelas que acostumbran verse en Tv. Nadie puede decir que hay un atisbo por esconder o camuflar la exposición de los temas. Como es debido de las sociedades organizadas y de madurez política se respetan en el tiempo preciso que partidarios del gobierno y de la oposición se digan en respeto lo atinente a los argumentos tratados. Indudablemente que es inevitable el carácter Caribe y elocuente de las intervenciones, altisonantes en ocasiones, pero debate es al fin. El pueblo en su sabiduría infinita observa, juzga y sabe de la transcendencia del momento político. En segundo lugar, La presencia viva de distintas comunidades, organizaciones y pueblo en general en las instalaciones del palacio federal, tanto dentro del hemiciclo en las denominadas ¨barras¨, como en los alrededores del palacio legislativo, es una muestra que nuestro pueblo no quiere ser un mero convidado de piedra. Un ejemplo significativo fue la presencia del noble pueblo bolivarense en la sesión conmemorativa del Congreso de Angostura. En ese hierático lugar se escenificó que nuestra gente quiere participar y acompañar los asuntos parlamentarios. Estamos avanzando hacia un Estado de mayor grado de participación del pueblo en los asuntos públicos. Vida en democracia social de derecho y justicia. Son desafíos que tenemos que alcanzar para tener mejor y mayor democracia. Es ineludible que nuestro pueblo exija más participación para legislar. Se está desmitificando que el recinto parlamentario es para elites encumbradas. Nuestro pueblo es el autentico soberano, es quien debe ejercer todo su dominio para participar en cuerpo y alma en todo lo atinente a los sagrados asuntos públicos que se efectúan en la Asamblea Nacional. Ya se siente la necesidad de una nueva Asamblea Nacional, de mayor carácter popular, de pueblo legislador, de autentico pueblo soberano y protagónico. Habrá más republica y más revolución en la medida que el poder popular ejerza todos los asuntos del poder público. ¡Viva el Pueblo legislador! Venceremos.