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10.Jun.2011 / 10:20 pm / Haga un comentario

El socialismo tiene en la terminología marxista un sentido bien preciso y además diferente del concepto que otras corrientes de pensamiento le han dado. La doctrina de Marx y Engels acerca del socialismo, conocida como teoría del socialismo científico, señala que se trata de un régimen superior al sistema capitalista. La justicia social, la abolición de la explotación de hombre por el hombre y el poder para el pueblo constituyen uno de los principios socialistas y revolucionarios; como estructura espiritual se incorpora con profunda devoción a su conciencia, se convierten en valores y se insertan a la lista de la cultura humana universal. El principio humano que involucra el amor y la paz; el patriótico: la soberanía e independencia nacional, comprenden la esencia programática del Estado Socialista. La explotación contradice los sentimientos de solidaridad, mutila los vínculos de fraternidad. El capitalismo atenta contra la condición humana y permanencia de la especie. El imperativo irracional del crecimiento y la acumulación provoca la destrucción planetaria de los ecosistemas y amenaza con extinguir las fuentes de vida.

Hace más de 2000 años, Pablo el Apóstol peregrino en inspiración Divina escribió en la carta a los Corintios refiriéndose a los dones espirituales: “tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor” (Cor 13.13). La construcción colectiva del socialismo del siglo XXI requiere fortalecer estos valores permanentes de los seres humanos para que tengamos una sociedad justa y amante de la paz, donde lo esencial sea la defensa y desarrollo de la persona y respeto a su dignidad. La prosperidad y bienestar de los pueblos están asociados al logro de estos fines supremos de cada ciudadano en lo individual y en lo colectivo. Para compartir la visión sumaria del socialismo del siglo XXI es necesario enraizarse profundamente con las fuentes primarias del cristianismo primitivo de nuestro Evangelio, los hechos de los Apóstoles y sus primeras vivencias comunitarias registradas en las cartas testamentarias, las cuales evidencian que esas primeras comunidades fueron socialistas. Consideramos a Cristo Vivo y Redentor de los pueblos como principio fundamental del ideario para la doctrina revolucionaria bolivariana y socialista, lo que significa que la edificación de una civilización centrada en el amor necesariamente parte de Jesucristo como el Camino, la Verdad y la Vida.

El pasado mes de abril se conmemoró en muchos lugares el Día de la Madre Tierra; ha sido una buena ocasión para sensibilizarnos de los desafíos que tenemos que afrontar en relación al equilibrio de la naturaleza, la paz de la humanidad y el bienestar de toda la vida; así como promover el vigor de nuestro planeta, motivar la aportación sabia de todos los pueblos y naciones para asumir los compromisos que tenemos como habitantes de nuestra única barca espacial en su destino infinito. Somos bolivarianos, antiimperialistas con moral revolucionaria, defensores de la igualdad, respetamos los derechos de la madre tierra. Sigamos pues construyendo nuestro socialismo con valores y principios enmarcados en el amor, la paz y la soberanía de los pueblos. ¡Viva el Comandante Hugo Chávez, líder de la revolución bolivariana y socialista, constructor de un nuevo mundo para la vida y el buen vivir!.

 

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