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21.Oct.2011 / 06:35 pm / Haga un comentario

El caso de la multa a Globovisión es una muestra estelar en la dinámica de confrontación patriota y extranjera que se vive en el escenario nacional e internacional. El hecho que el mismo Departamento de Estado como vocero imperial haya opinado expeditiva y de manera ingerente sobre la sanción del canal pitiyanqui, dice sobre las aproximaciones de la compleja problemática de estos asuntos. No es ningún secreto para cualquier analista político que en los principios de la guerra asimétrica o guerra de IV generación (Fourth Generation Warfare), se contemple que el aspecto mediático es como un armamento poderoso determinante para neutralizar y vencer al adversario. El carácter agresivo en el uso de los medios de comunicación es tan eficaz como las divisiones militares. Sus aparatos audiovisuales, telemáticos, herramientas y artes se convierten en poderosos misiles, tanques y aviones bombarderos que vulneran la confianza y moral de los combatientes y ciudadanos. El papel bélico y uso político de los medios de comunicación es un principio de poder para la dominación y éxito en la guerra postmoderna. Mediante el uso siniestro de mañas subliminares de persuasión se puede lograr que se genere zozobra, miedo y desmoralización en los habitantes de una región objetivo. Se busca que se pierda la credibilidad en los liderazgos, en las instituciones, en las personas, y que se produzca el efecto de ablandamiento de cabeceras de playas; que los portaaviones y acorazados logran después de múltiples y sucesivos ataques antes del desembarco. La fórmula militar y política estadounidense, como objetivo estratégico necesario para su expansión imperial, es “Ganar en las mentes y los corazones de los pueblos antes de invadir sus territorios”. Para ello, las TVs y las radios lacayas y malinches son los medios muy apropiados para desmoralizar audiencias y poblaciones enteras. Hay indicadores que muchos venezolanos han sido objeto de esta inmoralidad y se han dejado persuadir inconscientemente por estas tácticas del poder blando imperial Yanqui; otros lamentablemente se hacen eco de falsas informaciones aliñadas por efectos de las técnicas del rumor que propagan las perjudiciales e infames deformaciones de la realidad. Actualmente se observa desde hace algún tiempo, el sutil hecho de las recomendaciones y destrezas que los laboratorios mediáticos de la Agencia de Inteligencia de los Estados Unidos y demás delegaciones anti bolivarianas manejan perversamente en la construcción de matrices de opinión negativas de la sociedad venezolana. El canal de TV oposicionista Globovisión, no oculta las razones de esta práctica hostil y de conflagración, como parte de una compleja madeja de intereses imperiales que intentan minar y horadar la confianza que el pueblo venezolano tiene en su proyecto republicano de Constitución. Estamos en plena batalla de un nuevo tipo de guerra con componentes culturales, emocionales y sicológicos que busca disminuir la moral patriota venezolana. El engaño, la mentira y el vil egoísmo del imperio y sus lacayos arremeten diariamente contra la sencillez, humildad y sabiduría infinita del pueblo bolivariano. Sin ser guerreritas, quienes contamos con la oportunidad de usar medios impresos y audiovisuales tenemos el deber histórico de luchar contra estas sutiles armas y estrategias de los poderosos de siempre. La acción comunicacional patriota debe ser intensa y tan transparente como nuestra fe y amor de la lucha del pueblo venezolano. La oligarquía sigue teniendo poder mediático y tecnológico, todavía hay muchos como Globovisión; el pueblo humilde y patriota no es mocho, tiene sus brazos, manos, piernas y sentimientos. Que el Señor, partero de la historia nos ilumine el sendero para apuntar y disparar certeramente como David derrumbó a Goliat. Independencia y Patria Socialista. ¡Viviremos y Venceremos!

 

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