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20.Ene.2012 / 08:23 pm / Haga un comentario

La denominación dentro de la doctrina militar estadounidense que comprende parte de la guerra sucia, terrorismo, la propaganda en combinación con otras estrategias no convencionales de combate se sigue haciendo presente entre grupos de naturaleza política, económica, religiosa o étnica que hacen vida en nuestro País.

Los ataques hacia la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), por parte del departamento de estado de los Estados Unidos, son una medida desesperada por dividir el cuerpo castrense a fin de propiciar acciones en contra del Gobierno Bolivariano de cara a las venideras elecciones presidenciales de octubre de 2012. Hay sectores de la ultraderecha venezolana, financiada por EUA, tratando de buscar militares que se presten para acciones desestabilizadoras en el país. Los ataques que van contra el General Henry Rangel Silva, Ministro del Poder Popular para la Defensa, se están fraguando desde el departamento de estado y desde la CIA para mellar a la fuerza armada y propiciar acciones desestabilizadoras en el país. La Fuerza Armada es de estirpe popular y a diferencia de otros países todos sus componentes están llenos de pueblo y no de burguesía. Contamos con un ejército patriota, antiimperialista, unido, integrada con los más altos principios bolivarianos. 200 años después vuelve la burguesía a atacar a este movimiento genuino porque la lucha por la independencia continúa. No es ningún secreto para cualquier analista político que en los principios de la guerra asimétrica o guerra de IV generación (Fourth Generation Warfare), se contemple que el aspecto mediático es como un armamento poderoso determinante para neutralizar y vencer al adversario. El carácter agresivo en el uso de los medios de comunicación es tan eficaz como las divisiones militares. Sus aparatos audiovisuales, telemáticos, herramientas y artes se convierten en poderosos misiles, tanques y aviones bombarderos que vulneran la confianza y moral de los combatientes y ciudadanos. El papel bélico y uso político de los medios de comunicación es un principio de poder para la dominación y éxito en la guerra postmoderna. Mediante el uso siniestro de mañas subliminares de persuasión se puede lograr que se genere zozobra, miedo y desmoralización en los habitantes de una región objetivo. Se busca que se pierda la credibilidad en los liderazgos, en las instituciones, en las personas, y que se produzca el efecto de ablandamiento de cabeceras de playas; que los portaaviones y acorazados logran después de múltiples y sucesivos ataques antes del desembarco. La fórmula militar y política estadounidense, como objetivo estratégico necesario para su expansión imperial, es “Ganar en las mentes y los corazones de los pueblos antes de invadir sus territorios”. Para ello, las TV y las radios lacayas y malinches son los medios muy apropiados para desmoralizar audiencias y poblaciones enteras.

Estamos en plena batalla de un nuevo tipo de guerra con componentes culturales, emocionales y sicológicos que busca disminuir la moral patriota venezolana. El engaño, la mentira y el vil egoísmo del imperio y sus lacayos arremeten diariamente contra la sencillez, humildad y sabiduría infinita del pueblo bolivariano. Sin ser guerreritas, quienes contamos con la oportunidad de usar medios impresos y audiovisuales tenemos el deber histórico de luchar contra estas sutiles armas y estrategias de los poderosos de siempre. La acción comunicacional patriota debe ser intensa y tan transparente como nuestra fe y amor de la lucha del pueblo venezolano. Que el Señor, partero de la historia, nos ilumine el sendero para apuntar y disparar certeramente como David derrumbó a Goliat. Nuestra solidaridad con los hombres y mujeres de la Patria que hacen de la FANB la más digna representación de la defensa , protección y amor por el pueblo humilde y soberano de Venezuela dirigido en estos momentos por el compatriota Rangel Silva. Independencia y Patria Socialista. ¡Viviremos y Venceremos!

 

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