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4.Ene.2013 / 04:53 pm / Haga un comentario

Las manifestaciones de odio, envidia, conspiración y otras terribles explosiones perversas de la turbación opositora, debido a la salud del Presidente Chávez, son contrarias al espíritu de amor, solidaridad y confraternidad de la humanidad. La tristeza del pueblo patriota no es un sentimiento de debilidad. Ni el llanto, el dolor y sus oraciones son muestras de desespero. La atención vital ante un pariente enfermo es una de las energías positivas del ser humano que cualquier mortal respeta y se sensibiliza ante ello. La MUD tiene que imaginarse que la vida en esta patria inseparable, puede tener momentos de recogimiento sin conflictos y manipulaciones continuas.Porqué conmocionarse negativamente y desearle la muerte al presidente y darle reactividad política adversa, dogmática e irracional a esta evidente y aceptada realidad profundamente humana. Los mensajes y oraciones que hemos escuchado, leído y sentido del pueblo bolivariano provienen de sus profundas convicciones espirituales, que lo proyectan en la justa dimensión de cómo somos los venezolanos: creyentes, humildes, sencillos, anímicos y optimistas. Quedará anulado este odio en algunos voceros de la MUD; lo dudo, nunca han podido derrotar a Chávez; y allí su encono. Aún así, tengan la certeza que la patria bolivariana superará con la inmensa fuerza del amor todas las barreras imposibles, hasta lograr las victorias y transformaciones que en todos los sentidos aspiramos los chavistas.Quiero que sepan esta gente de La MUD, que a pesar de la angustia que podamos sentir, el Señor nos anima a no tener miedo a los peligros nocturnos, ni a las trampas ocultas, ni a las plagas mortales, ni a las flechas lanzadas de día, ni a las calamidades que llegan con la oscuridad ni las que destruyen a pleno sol. Chávez es un Comandante Invicto, las banderas que levantó aquel 4 de febrero son milenarias, son eternas; son las mismas de Moisés cuando cruzó el mar rojo, son las de Simón, cuando guió la emigración al oriente venezolano ante la persecución del apátrida de siempre. En este momento sublime de la historia patria, la esperanza, la fe y el amor están más presentes que nunca. Hay un pueblo amoroso, hay una fe inquebrantable y tenemos un sueño por realizar. Chávez eres un capitán invicto de la historia, la fe y la vida. Tú eres un militante del amor y has sido un elegido para los propósitos de Dios, eso nadie te lo podrá escamotear. Mil oraciones, mil bendiciones y que El Dios de los tiempos esté contigo por siempre. Viviremos y Venceremos.

 

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