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Somos millones que no dudamos en afirmar que el pariente Hugo Rafael Chávez Frías es un soldado autentico comandante de la patria, quien se ha entregado a servirle al pueblo con toda su mente, cuerpo, corazón y alma. Son de esos seres que nacen marcados en su naturaleza, para combatir con sabiduría injusticias. La intuición telúrica del pueblo, inmediatamente reconoce profundamente a estos singulares compatriotas incansables en su dedicada y tenaz lucha por la Libertad e igualdad. En verdad son temerarios porque no le temen a la estatura de los adversarios y enemigos de las causas mas sentidas por la piel de los humildes y necesitados. Son como David, el joven de la epopeya del pueblo elegido que se enfrenta al gigante más imperial con la fuerza, fe y amor que da el Dios de los ejércitos; aun en las tristezas y debilidades les acompañan los ángeles y santos de los pueblos. Son guerreros, comandantes de pueblo, como el pariente de Cua, Ezequiel Zamora, el general del pueblo soberano. Así son esos hombres y mujeres, quienes captan los sentidos y aflicciones de la gente humilde y sencilla de las pulperías y mercados, de las calles, barriadas, playas y cañadas, de las orillas del rio y caminos, de los cerros y montañas, de las selvas y campos, de las tropas y jerarquías. Así son esos seres y sudores: como en Santa Inés de Barinas y el Samán de Guere. Se hacen soldados no solo porque quieren, también les obliga la sangre derramada de almas patriotas, de tantas angustias y anhelos. El pueblo venezolano tiene de esas esencias de combatientes infinitos por la lucha sagrada de la tierra donde se nace y se crece. Lo llevamos en la sangre y los genes ancestrales indígenas y esclavos: como Bolívar, Sucre, Miranda, Páez y Negro Primero, como Luisa Cáceres y Juana la Amansadora. Su juicio y sabiduría vienen de la fe y el amor compartido más que de las letras y cuadernos. Lo he visto en abuelos y abuelas que nunca pisaron escuelas y se sienten combatientes de la patria herida y ofendida, que no dudaran nunca en ofrendar su vida si es necesario ir en su defensa y soberanía. Lo he visto en la soldadesca y milicia, sargentos, oficiales y marinos de la fuerza armada bolivariana. Somos como Zamora, Bolívar y Rodríguez: árbol de tres raíces, muchas ramas, flores y frutos que dan abrigo, sombra y alimentos a los sueños de la patria liberada. Chávez es el pueblo, es Bolívar, es Zamora, es el Comandante del pueblo Soberano. Capitanes de la historia y líderes de mil batallas y escaramuzas. En este momento sublime de la patria amada, se encienden las antorchas que iluminan los senderos de esperanzas y oraciones; el pueblo está en centinela permanente porque intuye conspiraciones y arrogancias de los copetones y lacayos de siempre, que olvidan la conciencia y paciencia robinsoniana de este pueblo heroico y combatiente. Por Dios no se equivoquen; ahora somos los mismos del poder popular, que nuevamente les haremos temblar oligarcas y burgueses, porque este pueblo se hizo millones de Chávez y de Zamora. Viviremos y Venceremos.