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La táctica de infiltración conocida como «caballo de Troya» nos recordará siempre un dispositivo astuto, engañoso y peligroso, que posibilita la penetración disimulada en el territorio en conflagración. Más allá de la leyenda milenaria escrita por Homero, esta operación para golpear al adversario representa ingenio y estrategia del conquistador. ¿Cómo fue posible que el ejército y pobladores troyanos no se percataran del terrible presente griego y su contenido? La actitud cándida y poco preventiva, no les permitió evitar las consecuencias de su desdén para perder su legendaria ciudad. Imaginamos que no contaban con procedimientos rudimentarios de inteligencia y contra inteligencia para los combates. Todo conquistador en su ambición de dominación y sometimiento de los pueblos, utilizará estas viejas artimañas. A veces nos parece insólito y descabellado que estas cosas ocurren a diario. Ese es un elemento actitudinal válido para aprovecharse de los habitantes de una región suponer que ya estas realidades no existen. La evaluación de la identidad psicológica y social de la población objetivo es fundamental para preparar el entorno de la infiltración. Nunca habrá caballos de Troya mansos. El terrorismo y el paramilitarismo como expresión del imperialismo están redimensionando el concepto de la defensa y seguridad de la nación; específicamente lo relativo al funcionamiento de los servicios de inteligencia y contra inteligencia de nuestro país. Se requiere superar las tradicionales visiones de los agentes infiltrados y de los informantes de guerra convencional, y el acceso a información reservada o secreta para ejecutar acciones encubiertas. Desde la perspectiva de Seguridad de Estado y desde el ámbito político, debe evaluarse la capacidad, la preparación, la estrategia, la motivación, las vivencias y los recursos necesarios que se necesitan para evitar la infiltración de este atípico enemigo. Es absolutamente pertinente revisar todos nuestros procesos técnico-metodológicos y habilidades psico-sociales para afrontar este desafío de guerra sin límites y de los nuevos caballos de Troya. Es fundamental el entrenamiento en dinámicas del engaño; proveer la oportuna información y comunicación ante el quiebre emocional, producto de los actos terroristas y asesinatos selectivos. Se requiere flexibilidad cognitiva, autocontrol y habilidades sociales para evitar en la población la desmoralización y el terror. Investigar la Infiltración en el entorno web: redes sociales, foros, blogs. Técnicas de vigilancia, seguimiento, detección psicométrica y psicografológica del engaño, entre otros recursos operativos.
Así mismo fortalecer los conocimientos y habilidades que deben desarrollarse para la oportuna captura de agentes infiltrados. Los paramilitares y terroristas son los perfiles prototípicos de los nuevos enemigos que afronta la patria bolivariana, en esta etapa decisiva de la revolución. Ante ello es necesario actuar sin vacilaciones. Venceremos.