Artículos

20.Dic.2014 / 12:08 am / Haga un comentario

Grano de Mostaza

William Fariñas

 

Carta al Niño Jesús.

 

Amado niño Jesús conocer y sentir   los relatos de tu nacimiento y de alguna manera conmemorarlo o celebrarlo como parte de esas tradiciones sagradas, es sencillamente ser privilegiado. Hay lugares en toda esta inmensidad del planeta tierra donde no se conoce de esta costumbre antiquísima; por millones se cuentan los seres humanos que nunca han escuchado o leído sobre estos misterios  milenarios del Alumbramiento del hijo de Dios, del cantar de los Ángeles, del trajinar de la Familia Sagrada, de los reyes del oriente, de la Virgen y del Niño Dios que nació necesitado en un establo en Belén de Efrata. Es evidente que muchas culturas practican sagrados ritos y saberes monoteístas de la existencia de un único dios, pero no se refieren a Ti, ni saben del Niño Jesús. Igualmente en muchos lugares y religiones niegan la versión histórica y humana del linaje Divino de tu origen; otros simplemente justifican los desacuerdos que sobre la natividad se tomó en estos últimos siglos, producto del sincretismo místico y  cristiano; sumado con los cultos paganos del solsticio de inviernos y la adoración solar. Inclusive hay justificación historiográfica sobre el personaje Jesús de Nazaret, quien no pudo nacer en pleno invierno hemisférico, si se relacionan los relatos de Mateo y otros evangelistas como referencia de las narraciones del nacimiento, y la práctica del pastoreo difícilmente realizable en esa temporada del año. En fin sobran argumentos para estar de acuerdo o en desacuerdo sobre tu historia. Los cristianos hemos mantenido nuestro cuerpo característico de creencias y tradiciones, soportado en el rigor de la iglesia católica y demás expresiones religiosas protestantes, griegas y ortodoxas. Más allá de la polémica, lo trascendente de esta tradición decembrina para la humanidad, es en sí misma la posibilidad de aceptar las infinitas eventualidades de compartir caridad, gozo y encuentro alegre de la humanidad. La celebración de tu natividad  es una posibilidad para sentir paz, afecto, conciliación y perdón. Especialmente en esta época  se nutre de ánimo la vida, aunque haya pasado por las más tristes vicisitudes durante los últimos meses.  Es tiempo de renovación y reencuentro. Aun en los hogares más pobres materialmente, se hacen esfuerzos por relanzar sus esperanzas y gratitudes por el ciclo por venir.  Es una encrucijada del tiempo que está llena de sueños, anhelos, deseos y sueños. Lamentablemente, la cultura consumista se aprovecha de esta temporada para acumular  y algunos descarados explotan excesivas ganancias desmedidas. He visto muy generosas moradas hasta villas y castillos, pueblos y ciudades, donde muestran luminosidad y color que explotan durante la navidad y la bienvenida del nuevo año. La música decembrina es motivo para llenar de gozo el espíritu y cualquier espacio. He convivido con mil familias humildes que sienten que la navidad es la mejor época del año, que el espíritu humano se llena de júbilo y la tristeza mas agria no detiene la esperanza a una vida mejor; que la paz no ha dejado mal a nadie y La felicidad se construye sin muchos peros. El espíritu de la navidad es esa sensación que podemos renovarnos para cada vez ser más felices y prósperos. Este tiempo es un regalo de Dios, y Él en su grandeza se nos mostró, no sé en qué tiempo, sabemos que fue un niño pobre al lado de sus padres, pastores, animales, ángeles y magos para que tengamos la buena voluntad por la paz de la humanidad ¡Viva por siempre esta hermosa tradición humana! Feliz Navidad y Prospero año 2015. Venceremos.

 

Hacer un comentario.




Los comentarios expresados en esta página sólo representan la opinión de las personas que los emiten. Este sitio no se hace responsable por los mismos y se reserva el derecho de publicación.

Aquellos comentarios que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto y/o que atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, este sitio se reservará el derecho de su publicación. Recuerde ser breve y conciso en sus planteamientos.