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En la tarde del 15 de septiembre de 1975, en el despacho del Presidente Richard Nixon en la Casa Blanca, se realizó la inolvidable reunión en la cual participaron el Secretario de Estado Henry Kissinger, el Fiscal General Jonh Mitchell y el Director de La CIA Richard Hell. El motivo fue informarle al Presidente de los Estados Unidos sobre la situación política de Chile, la irrupción socialista de Salvador Allende y su impacto en el equilibrio hemisférico bajo la tutela de Whasington. El tópico principal permitió hacer un balance militar del asunto y de las posibles acciones conspirativas que se tenían que hacer para revertir la popularidad del líder suramericano. Se le notificó a Nixon un pormenorizado informe sobre la visita de Agustín Edwards, dueño del periódico derechista El Mercurio de Santiago de Chile, quien junto al empresario Don Kendall Presidente de la trasnacional Coca Cola, confirmaban la aceptación del carismático médico en los mayoritarios sectores sociales y trabajadores, igualmente las preocupaciones de los sectores capitalistas y pudientes de Santiago por las victorias populares. Una vez escuchadas las opiniones de sus asesores, el pragmático de Watergate Nixon, instruye al Director de la CIA : hay que remover a Allende del poder a cómo de lugar, utilizar todo el esfuerzo para destruir la economía de Chile hasta hacerla chillar, utilizar los dólares necesarios para esta operación y conjurar con los militares. Posteriormente quedó registrado para la historia en los documentos desclasificados, la sentencia que el Embajador imperial en Santiago Edward Korry le notificó por intermedio del Ministro de la Defensa a Eduardo Frei: qué los Estados Unidos no toleraría al Gobierno Socialista de Salvador Allende y que dentro de las posibilidades condenarían a los chilenos a depravaciones y dificultades económicas. «Ni un tornillo para la economía chilena». Lamentablemente se cumplieron estas atrocidades y perversiones imperiales contra el pueblo chileno debido a la cooperación de vende patrias de esa hermana tierra. Una historia legendaria de traición, muerte y destrucción. En el 2015, con coraje y la ayuda de Dios les decimos al mismo imperio Yanqui y sus lacayos que conspiran contra la patria venezolana: ¡Aquí se toparon con la dignidad de un pueblo heroico hijos e hijas de Bolívar inspirados amorosamente por Chávez! Venceremos