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20.Feb.2015 / 07:07 pm / Haga un comentario

Grano de Mostaza

William Fariñas

@williamfarinas
 La criminalidad política, Inmunidad no significa impunidad.

La conducta sediciosa, delictiva y política criminal de un diputado de la república  en general es un azote para la  estabilidad de la nación. Independiente de su malignidad ocupa una escala de valoración penal a la hora de aplicar  las leyes. A diferencia del delito común, el crimen  político de un diputado se comete contra la paz, la convivencia y el orden  interior del Estado y la sociedad; y aun cuando se atente contra bienes jurídicos individuales o colectivos, este tipo de conductas delictivas están orientadas  por móviles políticos perversos socialmente inaceptables. En la mayoría de los casos, los delincuentes políticos son personas trasgresoras que ven  en su actuación política  irresponsable, la posibilidad de satisfacer sus  intereses particulares o grupales  relativos a la toma del poder gubernamental y la dominación, sin considerar las vivencias , opiniones y situaciones legitimas constitucionales de sus demás conciudadanos. Son casos de delitos políticos: la rebelión, la sedición, los atentados contra la autoridad pública y sus agentes, los desórdenes públicos, el terrorismo, la tenencia de armas y explosivos entre otros.  Por su parte, los delitos como la traición a la patria son aun los más detestables, en virtud  que comprometen la paz de la nación, la convivencia humana, la soberanía e independencia de la república.
Cuando un político es investido de diputado a la Asamblea Nacional,  sabe que su principal misión y función está relacionada con sus altas responsabilidades  en el ejercicio del bienestar público, ajustado a sus deberes y derechos como ciudadano elegido  electoralmente,  por tal razón el Poder Público Nacional le consagra la inmunidad parlamentaria como una garantía autónoma del ejercicio de sus funciones legislativas, respecto al efectivo cumplimiento de control político y administrativo. Ahora, es bien claro que este fuero no le permite al diputado violar la  Constitución y reglamentos de la República o evidenciar conductas delictuosas y criminales  que infrinjan las leyes o moral ciudadana. Si un parlamentario en la esfera de la justicia, es sospechoso de responsabilidad criminal por la violación del mismo estado de derecho, el Estado venezolano es suficientemente firme en adoptar medidas apropiadas en el marco constitucional para canalizar el debido proceso; por tanto cualquier ciudadano así sea parlamentario, comete algún acto violatorio no está excepto de responsabilidad legal. La inmunidad parlamentaria no significa impunidad. La ausencia de sanción del crimen político por parte del Estado, sería un mal precedente para la sociedad venezolana, que en el  ámbito psicosocial inhabilita las funciones que debería cumplirse en cuanto a ser garante del orden simbólico del imperio de las leyes y el estamento legislativo. En esencia un parlamentario es un legislador en el ámbito procurador de la justicia en la institucionalidad de la República, menos puede constituirse en un violador del sistema legal al que tiene como merito honra permanentemente. En la actualidad estamos transitando por estas muestras de conductas trasgresoras y sociópatas de la intolerancia ideológica en pequeños sectores fascistas y delincuenciales de la política venezolana. Ante esta compleja y apremiante realidad  el Poder Legislativo, Moral y Judicial de la República  deben actuar con celeridad y contundencia. Todos somos signatarios de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por lo tanto es una demanda correcta, moral y espiritualmente justa que el pueblo patriota tenga que defender nuestro país de los ataques subversivos de este tipo de  criminalidad política; de Guerra de IV Generación, económica, psicológica, terrorista, de manipulación mediática trasgresora; y especialmente de las agresiones imperiales de cualquier naturaleza que impulsan las iniciativas racionalmente planificadas para desestabilizar la nación, y así apoderarse de nuestro petróleo y demás riquezas energéticas. Con la ayuda de Dios Redentor de la patria venezolana. Venceremos.

 

 

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