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30.Jul.2015 / 09:45 pm / Haga un comentario

David Granger y la guerra por el petróleo.

 

Las continuas y actuales provocaciones del Brigadier General David Granger de Guyana tienen una intencionalidad evidente de generar escenarios bélicos contra los venezolanos en la fachada atlántica. Antes de su asunción al gobierno de ese país (15 mayo 2015) el Presidente Granger ha seguido manteniendo  un libreto preparado minuciosamente  por sus asesores internacionales para confrontar la posición de Venezuela en torno a su histórica y justa controversia territorial por el Esequibo. Más allá de su actitud pendenciera y busca pleitos, puesta en escena al intentar ofender el gentilicio venezolano en distintos eventos públicos; el hecho de desconocer la absoluta vigencia del Acuerdo de Ginebra significa que no quiere acatar el derecho internacional y las normas elementales de la diplomacia de paz y el buen entendimiento entre las naciones. Debemos tener presente, ante las expectativas generadas por la instancia del Secretario General, que el rol de la ONU está limitada a fortalecer los medios de solución pacífica de la controversia, señalados  en el artículo 33 de la Carta de la O.N.U., hasta que ambas partes lleguen a un acuerdo mutuamente aceptable. (Negociación, investigación, mediación, conciliación, arbitraje, arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos regionales u otros medios pacíficos de su elección). No obstante, intuimos que este personaje no se va a acoger al espíritu pacifista de la carta de las Naciones Unidas y más bien  obedecerá a una estrategia belicista preparada por los laboratorios de la llamada guerra por el petróleo. Algunas interrogantes ¿cuáles son los teatros de operaciones? ¿Quiénes son sus ejércitos aliados? ¿De dónde proviene el financiamiento? En la Faja Petrolífera del Orinoco está el más grande yacimiento de hidrocarburos jamás conocido en el planeta, con sus grandes reservas comprobadas y su alto potencial de desarrollo. La presencia de este hegemón imperial, la trasnacional petrolera ExxonMobil  como apoyo y lobby a Granger es un referente a considerar en este laboratorio de confrontación; en virtud a sus asiduas prácticas  como agente belicista para soliviantar La Paz en otras regiones del mundo que poseen  grandes reservas energéticas . Este factor fue el principal motivante de la guerra del Golfo en 1991, Afganistán en 2002, y durante 2011 en Libia  que sirvió a los países occidentales, especialmente a Estados Unidos para desestabilizar a la OPEP, ejercer control sobre los precio del petróleo, y para crear una nueva correlación de fuerzas en favor de la potencia militar en la zona, donde se encuentran parte de las reservas petroleras más importantes del planeta. En meses pasados (9 de marzo 2015) el gobierno de Estados Unidos emitió  un decreto injerencista considerando  que Venezuela se constituye en una inusual y extraordinaria amenaza a la seguridad nacional y política internacional de esa gran potencia mundial. En la sección 6 de esta orden ejecutiva,  EEUU considera legítimo tener intereses en distintas regiones (o ramas extranjeras) donde se encuentren empresas, corporaciones, entidades, grupos o cualquier «persona Estadounidense». La ExxonMobil es una empresa gringa no sólo de intereses comerciales o gubernamentales, de hecho por extensión se constituye en una corporación petrolera con fines militares acostumbrada a legitimar la guerra como mecanismo de control de este recurso estratégico y geopolítico. La intención oculta de Granger es  que Venezuela ejecute una respuesta militar a sus continuos desplantes y provocaciones para que se genere un conflicto de grandes proporciones y así dar motivos a los Estados Unidos y sus aliados de defender a su hegemón imperial corporativo. Ya en una oportunidad Venezuela ejerció su soberanía al detener al buque explorador Teknik Perdana, con su capitán de nacionalidad ucraniana y sus  36 tripulantes. En esa ocasión no ameritó repercusiones diplomáticas de gran envergadura. Ahora, el buque plataforma de la ExxonMobil que «merodea» en la fachada atlántica no es más que un falso positivo provocador de la guerra por el petróleo. Granger como cachorro del imperio prepara  crear las condiciones objetivas para que se actúe bélicamente en ese escenario territorial y proyectar posteriormente la ocupación militar del gran yacimiento venezolano en la rivera del Orinoco. Diría Walter Martínez «Acontecimientos en pleno desarrollo». Para ellos esta sería  su altera pretensión y para nosotros un gran desafío libertario. Somos un pueblo amante de La Paz, con heroísmo y dignidad hemos superado infinitas dificultades. Sabemos movernos y actuar en estos posibles escenarios. Con la ayuda de Dios Venceremos.

 

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