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Hace 59 años, Venezuela recibió en sus brazos al redentor de los pobres. Al hombre que hiciera que el pueblo venezolano encarnara en su piel revolucionaria
Como dijeran los inolvidables hombres: Por aquí pasó compadre, un hombre que dejó una huella imborrable, enarbolando la bandera libertaria y defensora de los desposeídos, de los excluidos, y por si fuera poco, la voz fuerte y altiva de aquellos que por décadas enteras se resignaron al silencio ensordecedor de su propio dolor, sosteniendo con brazos cansados, la esperanza latente de un nuevo amanecer con aires de revolución. Y así ocurrió, el tiempo pasó, y un día como hoy, 28 de julio de 1954, la Patria venezolana escuchó al unísono el llanto de un niño, ese, que 59 años después, sería recordado y considerado como el sucesor, el primogénito del Libertador, el hombre de las grandes ideas, el Gigante y Comandante Supremo, Hugo Chávez.
Hacia el Socialismo nos condujiste, y por eso, a constantes luchas tuviste que enfrentarte; cada victoria que lograste junto a tu pueblo patriótico le daba la bienvenida a una nueva batalla amenazante, ordenada por los mismos soldados apátridas con ansias de destrucción; pero cada espada que alzaste en defensa de tu pueblo, significaba el quiebre de una de las argollas que formaban las cadenas del despotismo; y tu primera espada desenvainada aún huele al perfume revolucionario del 4 de febrero.
Abajo cadenas (…) que el yugo lanzó, la ley respetando, la virtud y honor. Y es que de pie sigue aquí tu pueblo, Comandante, impidiendo que las mentes fascistas y perversas intenten tan solo borrar tu nombre de la historia. Aquí sigue tu pueblo recordándote como cuando decidiste revindicar la lucha de Zamora, o cuando hiciste historia dándole sentido, forma y color al verdadero rostro del Libertador.
Vientos de tempestad auguran en los nuevos tiempos, no estarás físicamente para encabezar esas arduas batallas junto a tu pueblo, pero tu espíritu y tu idea caminan al lado de la espada de Bolívar, y no sólo por Venezuela, sino por América Latina.
Estamos viviendo momentos coyunturales que definirán el rumbo de esta Patria, tú nos exigiste lealtad absoluta, y hoy día de tu natalicio, juramos que hasta más allá de la muerte seremos fiel a tu legado, y nuestra vida continuará a la orden y al servicio de los más necesitados.
Zona revolucionaria será Venezuela por siempre, y recordaremos eternamente que sin duda alguna, los hombres ilustres tienen por tumba la tierra entera.