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5.Ago.2011 / 05:37 pm / Haga un comentario

La formación de la patria venezolana se fraguó en el crisol del tiempo marinero. Si bien es cierto que antes que llegaran los conquistadores del viejo continente, nuestra tierra antiquísima estaba poblada por hermanos primigenios aborígenes, diestros en las artes de pesca y navegación estelar. Los caribes ocuparon extensos territorios insulares desde Margarita hasta Cuba y mas allá. Los primeros residentes eran versados hombres y familias del mar, a tal punto que sus casas estaban dentro de las aguas en palafitos o cercanas a sus orillas. Nos criamos con sus brisas, tumbos y abismos, con sus lindos amaneceres y rojizos atardeceres. El bramar de las olas no es alejo a nuestros oídos, ni las tempestades mitigan la valentía del pueblo marinero venezolano. Somos hombres y mujeres del mar. Solo basta imaginar el espanto y las terribles dificultades al paso del charco mayor en tiempos de huracanes y tormentas tropicales, para saber del temple para abordar cualquier lucha digna. Hay que ser bien valientes para salir a la pesca temeraria sin instrumentos de navegación. Es con la llegada por los océanos de los europeos que se empieza a delinearse la morfología histórica y sociográfica de Venezuela, en un continente que lleva el nombre de un gran náutico italiano. La inspiración marinera del nombre sagrado de nuestra patria mestiza, se asocia a los confines del mar adriático y con la añoranza o visualización de la perenne Ciudad Estado de Venezia. Quien puede dudar que Francisco de Miranda o Simón de la Santísima Trinidad eran hombres de mar. La bandera arcoíris tricolor vino por mar junto a seres hinchados por la liberación. Muchas creencias, cantos y mitos llegaron en baúles, imágenes y amarradas inmisericordes a cadenas esclavas. A la par, como también vinieron los caballos, armas y pertrechos opresores. La pólvora y las ideas revolucionarias vinieron del allende de los mares. Las primeras sin forma, luego en tentativas libertarias; todas salieron del arrojo marinero. Recordamos la grandeza de los almirantes eternos que fueron estos dos genios de la libertad. La lógica de la estratagema por la independencia estaba asociada a la geopolítica de los mares y océanos en virtud que luchábamos contra potencias diestras en las artes de guerra con navíos y velas. Los países aliados también apoyaban por estas rutas alucinantes plagadas de piratas y corsarios. La hermosa descendencia africana con su fantástico color y música sabe de tantas tragedias y sinsabores de las travesías oceánicas. Es cierto que las miles de batallas se dieron a caballo, pero nuestros sueños alternos y exilios patrióticos salieron y llegaron por puertos marinos. La conquista llegó por las costas, y en el mar fue derrotado el último bastión imperial. El sello perpetuo de esta celebración bicentenaria republicana se logró donde la imaginaria histórica pario el nombre de la patria. La gloriosa batalla del lago, el 24 de julio de 1823 con sus valerosos marinos, es testimonio de la grandeza de nuestro pueblo a la hora de la lucha por la independencia. El legado imperecedero de estas lides lo tienen en esta época, las damas y caballeros de la Armada Bolivariana. Cada oficial y marinería que surcan a diario ríos y mares, posee en su alma y espíritu, la sabia hierática de este pretérito glorioso. Hoy en sus buques, submarinos y aeronaves están prestos ante cualquier intención imperial. Eso lo sabemos, el próximo enemigo de la patria vendrá por el mismo mar de la conquista, con potentes naves como ayer. Somos una pequeña nación grande en dignidad y soberanía. Ahora, aquí los estaremos esperando con la sabiduría del tiempo, el espíritu de nuestros antepasados, con el favor y gracia de Dios. Somos seres amorosos y pacíficos, mezcla con herencia aborigen y magia africana. Somos hijos de libertadores y no de opresores. El mundo ha cambiado en 200 años, no obstante la sangre derramada por nuestros padres y abuelos en la laguna de los mártires sigue fluyendo gota a gota a la hermosa bahía del eterno Juan Griego, para nunca olvidar que la patria esta primero. Dios bendiga a los pescadores y marinos de esta tradición inmortal. Somos hijos de la tierra, la selva y el mar. ¡Somos Caribe bravío!. ! Viva el 8 de agosto! Independencia y patria socialista. Venceremos.

 

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