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23.Dic.2011 / 05:09 pm / Haga un comentario

Quienes tenemos la oportunidad de conocer los relatos del nacimiento del Cristo y de alguna manera conmemorarlo o celebrarlo como parte de esas tradiciones, somos sencillamente privilegiados. Hay lugares en la tierra donde no se conoce de esta costumbre antiquísima; por millones se cuentan los seres humanos que nunca han escuchado o leído sobre estos misterios del Alumbramiento, Ángeles, Familia Sagrada, Virgen y del Niño Dios que nació necesitado en un establo en Belén de Efrata. Es evidente que muchas culturas practican sagrados ritos y saberes monoteístas de la existencia de un único dios, pero no tiene tiempos de siempre. Racionalmente y de fe, en muchos lugares y religiones niegan la versión histórica y humana del linaje del nativo de Palestina; otros simplemente justifican los desacuerdos que sobre esta práctica decembrina se tomó en estos últimos milenios, producto del sincretismo místico y del hábito cristiano, sumado con las anteriores cultos paganos del solsticio de inviernos y la adoración solar; inclusive hay justificación historiográfica que Jesús de Nazaret no pudo alumbrarse en pleno invierno hemisférico decembrino, si tomamos los relatos de Mateo y otros evangelistas como referencia de las narraciones del nacimiento y la práctica del pastoreo difícilmente en esa temporada del año. En fin sobran argumentos para estar de acuerdo o en desacuerdo. Los cristianos tenemos nuestro cuerpo característico de creencias y tradiciones soportado en el rigor de la iglesia católica y demás expresiones protestantes, griegas y ortodoxas. Lo trascendente de esta tradición para la humanidad, es en sí misma la posibilidad de aceptar las infinitas eventualidades de compartir caridad, gozo y encuentro alegre entre nosotros. La celebración de la natividad de Jesús es una posibilidad para sentir paz, afecto, conciliación y perdón. Especialmente la época de navidad se nutre de ánimo la vida, aunque haya pasado por las más tristes vicisitudes durante los últimos meses. La Navidad es tiempo de renovación y reencuentro. Aun en los hogares más pobres materialmente, se hacen esfuerzos por relanzar sus esperanzas y gratitudes por el ciclo por venir. La navidad es una encrucijada del tiempo que está llena de sueños, anhelos, deseos y sueños. La cultura consumista se aprovecha de esta temporada para acumular lo no ingresado, y así algunos descarados explotan excesivas ganancias. Desde muy generosas moradas hasta villas y castillos, pueblos y ciudades, se muestran luminosidad y color que explotan durante la bienvenida del nuevo año. La música decembrina es motivo para llenar de gozo el espíritu y cualquier espacio. He convivido con mil familias humildes que sienten que la navidad es la mejor época del año, que el espíritu humano se llena de júbilo y la tristeza mas agria no detiene la esperanza a una vida mejor; que la paz no ha dejado mal a nadie y La felicidad se construye sin muchos peros. El espíritu de la navidad es esa sensación que podemos renovarnos para cada vez ser más felices y prósperos. La Navidad es un regalo de Dios, y Él se nos mostró, no sé en qué tiempo, sabemos que fue un niño pobre al lado de sus padres, pastores, animales, ángeles y magos para que tengamos la buena voluntad por la paz de la humanidad! Viva por siempre esta hermosa tradición humana!. Feliz Navidad y Prospero año 2012. Viviremos y Venceremos.

 

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