Artículos
El balance del año que finaliza es sumamente positivo para la convivencia ciudadana de nuestro país. Es menester recordar los trances que la economía global y la política internacional han padecido durante el 2011 con el desplome financiero y su tremendo impacto en las naciones industrializadas de occidente, empezando por la primera potencia industrial y maquinaria militar del mundo y demás socios europeos. El desequilibrio monetario del dólar y del mismo euro nos confirmó que los mercados bursátiles conforman una burbuja que puede explotar en cualquier momento. El movimiento de los indignados ya no se puede ocultar a pesar de las presiones estatales y comunicacionales, se ha convertido en expresión genuina del malestar de millones de familias que han perdido sus viviendas, trabajo y ahorros. Previsivamente el gobierno bolivariano trasladó nuestras reservas de oro a nuestro Banco Central y ampliamos el mercado energético y acrecentamos fondos compartidos con otras naciones emergentes que conforman la franja alternativa del BRIC. El precio justo del petróleo venezolano nos ha permitido solventar las dificultades propias del estancamiento de la economía internacional y las medidas oportunas hacia lo interno en materia inflacionaria y especulativa no han mermado la capacidad adquisitiva del mercado interno. Muy pocos niegan que dentro de este cuadro patético de desplome occidental, Latinoamérica y el Caribe estén buscando fortalecer sus intereses regionales con Mercosur, Unasur, Celac, Alba y otros encuentros multilaterales. En el plano político internacional ha sido más dramático por las cruentas insurrecciones en algunas naciones árabes y peor fue la decisión de las Naciones Unidas de apoyar a la descarada intervención de EEUU y Europa con la sanguinaria OTAN en la legendaria Libia. Aun persiste al final del año la pretendida intervención en Siria e Irán y lamentablemente con descaro se negó por la hegemonía de pocos, el ingreso del Estado Palestino a La ONU. En Venezuela como expresión de la estabilidad política de la nación, la MUD y sus candidatos cumplen con su itinerario de elecciones primarias, a la espera del 7 de octubre; cuando nuevamente se demostrará el talante democrático del pueblo de Bolívar por construir una sociedad amante de la paz en convivencia con las demás naciones del mundo. El pueblo venezolano está persuadido que la única vía para dirimir nuestras normales contrariedades políticas es fortaleciendo cada vez más la democracia protagónica y participativa sin distingos de ningún tipo. En julio del 2011 conmemoramos la victoria popular patriota y la gloria de un bravo pueblo; las fiestas bicentenaria fue apoteósica y relanzó el paradigma que la humanidad avanza inexorablemente a una sociedad de equidad e inclusión, que es necesario que la conciencia planetaria construya un nuevo pacto ético por la vida. Pedimos a Nuestro Señor Jesucristo Príncipe de la paz que ilumine y proteja a toda la estirpe humana para construir un mundo posible centrado en una civilización de hermandad y amor. Feliz 2012. ¡Viviremos y Venceremos! Amen.