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27.Ene.2012 / 07:14 pm / Haga un comentario

El Don más preciado del ser humano es la vida. Todo lo que hacemos gira en torno a ella. Antes de nacer y mas allá de irnos, somos referentes para nuestros semejantes y seres queridos. Existen estudios casi concluyentes que otras especies mamíferas como los paquidermos y cetáceos muestran alguna deferencia hacia sus iguales cuando fallecen; inclusive los elefantes en su eterno peregrinar muestran conductas de pesar cuando recorren por senderos donde uno de sus guías principales han muerto en el pasado, y alguno de sus restos aun permanecen a la intemperie y el ambiente. La manada completa, rodeados de los más pequeños hacen un alto en el camino para rendir parte de su tiempo en una ceremonia particular. Es una intuición profunda como cuando nosotros despedimos a quienes parten a lo eterno. Si de algo estamos seguros entre los vivos es que vamos a morir, pareciera una perogrullada de las que abundan en la sabiduría popular, no obstante cuando un ser dilecto y cercano falta, sentimos la necesidad de compartir que la grandeza de la vida se extiende al infinito de nuestros pensamientos, valores y sentimientos. La partida de Carlos Miguel Escarra Malave, militante de la vida, venezolano del siglo XXI, en la ciudad de Caracas en enero de 2012, dejo un profundo pesar entre sus paisanos, camaradas y familiares. No solo a quienes tuvimos la oportunidad de acompañarlo desde la capilla ardiente en la Soberana Asamblea Nacional, junto a un mar de pueblo que inundo como un ritual de milenios los sobrios espacios de esos recintos. Las calles paralelas al Palacio Federal compartían los mismos presagios de duelo y afectos. Estimo que millones de compatriotas del todo territorio patrio sintieron y compartió por radio y Tv las mismas congojas de una nación apesadumbrada y agradecida. Por supuesto que cada vida de un venezolano de estos tiempos heroicos es necesaria e importante en el rol que le demanda la patria y revolución bolivariana. Y lo escribo con todo respeto y sinceridad por las creencias que profeso y convencimiento de la majestad del Creador quien nos da el sagrado Don de la vida. Muchos de los soldados revolucionarios podemos ser remplazados expeditamente de acuerdo a nuestras responsabilidades en este proceso de reconstrucción de la patria de Bolívar; no obstante no es nada fácil formar a un arquitecto de naciones y republicas que se nutrió de la sabiduría infinita de su madre, sus hermanos y del pueblo bolivariano. La arquitectónica jurídica de la revolución bolivariana y del poder legítimo del Nuevo Estado Bolivariano y Socialista, recaen en pocas manos, y Carlos Escarra junto a Hugo Chávez entre insignes venezolanos y venezolanas forman esos compatriotas que asumen los sacrificios de un pueblo todo. Y como disertó de la profundidad de su ser El Comandante: Sobre tu pecho dormido como dijo Jesús, no es tiempo de morir, tú duermes y vives en nosotros. No busquen entre los muertos a quien está más vivo que nunca, la hierba es la cabellera de las tumbas, los que viven somos militantes del amor y de la vida. Los militantes de la vida siempre estaremos con el pueblo. Independencia y patria socialista. Viviremos y Venceremos.

 

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