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10.Feb.2012 / 08:17 pm / Haga un comentario

Los pueblos Latinoamericanos y Caribeños hemos tenido las vicisitudes más agrias con quienes en sus inmensos poderíos imperiales sometieron bajo el yugo colonial a sus provincias de ultramar. En términos bélicos y humanos ha sido un costo muy alto, pero necesario de la sangre patriota para la creación y redención de las nacientes repúblicas de este continente de esperanzas. Cada nación de la América mestiza tiene una historia que contar de las prepotencias y humillaciones contra los anglosajones y demás potencias europeas, por apropiarse de hecho de las riquezas naturales y humanas de nuestros suelos. Es una historia viva que aun quisieran ellos mantener en plena era pos colonialistas y de liberación. Las Islas Malvinas son un caso patético de las pretensiones británicas para continuar generadas frustraciones e impotencias en nuestras hermanas repúblicas. Esta región insular de la República de Argentina que se encuentra en la plataforma continental de América del Sur, se halla rodeada por el espacio marítimo epicontinental que Argentina denomina mar Argentino, a 464 km al este de su territorio continental, menos de la distancia náutica de nuestras islas de aves en el Caribe venezolano. Desde los tiempos del colonialismo español ha habido disputas por la posesión de estas sureñas islas con Francia, Inglaterra inclusive contra los Estados Unidos de América. Todo por su inmenso valor estratégico que representó en su época cuando la bestial cacería de ballenas era el epicentro comercial de ese tiempo. Las actividades de contraloría que la naciente República Argentina llevó a cabo contra barcos balleneros extranjeros, hicieron que la corbeta de guerra Lexington de los Estados Unidos destruyera en una oportunidad las instalaciones de Puerto Soledad. El 2 de enero de 1833 llegó desde Inglaterra, después de recorrer 12.276 Km. la fragata de guerra británica HMS Clio, al mando del capitán John James Onslow, quien comunicó a la asentada frágil autoridad insular de La Comandancia Política y Militar, que iba a tomar, sin son ni ton, posesión de las islas en nombre del rey de Inglaterra. El capitán de la goleta argentina Sarandí, José María Pinedo, con mucha dignidad, no se consideró en condiciones de resistir y optó por embarcar a sus hombres y mujeres, y retornar a tierra firme. Al día siguiente desembarcaron las fuerzas británicas, izaron su pabellón imperial y arriaron la bandera albiceleste. Allí comenzó las primeras muestras de impotencia de una naciente republica ante la prepotencia imperial británica. 30 años después del intento de recuperación de las islas Malvinas, el pueblo y la valiente presidenta Cristina han retomado estos sagrados asuntos de la soberanía e integridad de ese territorio insular; tenemos que confesar que también los soldados venezolanos tenemos clavada en el alma patriota esa espinita, al ver como se dejó solos a nuestros hermanos argentinos en esos acontecimientos de abril de 1982. Ni siquiera el infeliz tratado impulsado por los yanquis, El TIAR, sirvió para persuadir las pretensiones del reino británico y su gobierno forajido; más bien la traición de los norteamericanos se hizo sentir, y no dudo ahora que así será siempre. Fue cobarde y canalla, la inacción por parte de los gobiernos de turnos en los países de esa época. Quienes nos sentimos impotentes ante esas circunstancias, hoy podemos librarnos de ella en virtud que la realidad de nuestros pueblos y gobiernos son distintas que nos permitirá librarnos de la dificultad de confrontarlos con otros medios y otras vías. Se somete pues, las sabias intenciones de UNASUR, MERCOSUR, CELAC, ALBA y la sabiduría, majestad y sencillez de los pueblos de la América Grande; la que parieron generaciones de pueblos valientes que derrotaron a los imperios y que con la Gracia de la Providencia no se dejaran humillar ahora. Hoy Argentina no está sola, y desde la patria de Bolívar levantamos las banderas del amor, la paz y el sentimiento más profundo antiimperialista. ¡Viva La Argentina, Viva el glorioso pueblo argentino y su Presidenta Valiente! Viviremos y Venceremos.

 

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