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30.Mar.2012 / 08:19 pm / Haga un comentario

La visita del Papa Benedicto XVI a Cuba tiene especial relevancia para la los creyentes que militamos en la revolución bolivariana; especialmente para evidenciar que no hay justificación teológica ni política para seguir mostrando algunos desencuentros entre la jerarquía de nuestra iglesia y los millones de compatriotas que compartimos la sabiduría milenaria del apostolado cristiano católico. No será la primera vez ni la última, que el pueblo heroico de la patria de Bolívar muestre su insatisfacción y rebelión contra las opiniones y recomendaciones, con rango eclesiástico, que se han proferido en acontecimientos significantes del devenir histórico de la causa redentora y liberadora del pueblo patriota venezolano: el ejemplo del terremoto de la Caracas de 1812 y la presencia y justificación del golpe de Estado de 2002 son suficientes para evidenciar que no tenemos naturaleza sumisa ninguna cuando se intenta justificar lo injustificable ante las injusticias y la libertad. Es bien conocido que Latinoamérica representa la mayoría creyente católica del planeta. No dudo en afirmar que si algún bien nos pudo dejar la opresión conquistadora del viejo mundo fue el evangelio de Cristo Redentor de los pueblos; y por antonomasia la teología de la liberación, que sin duda influyó en la concepción cristiana de nuestro socialismo bolivariano. La presencia del Papa en Cuba distendió esa realidad controversial que se ha querido crear con el socialismo como doctrina política de estos tiempos de esperanza. La opresión salvaje que ocurre en Europa ya no se puede esconder, donde millones de ciudadanos se muestran indignados ante la crisis planetaria del capitalismo. El pueblo latinoamericano es ejemplo digno que se puede ser cristiano y socialista a la vez. Indudablemente que respetamos a los ateos de todos los lugares del mundo, no obstante en esta patria grande seguimos los pasos de los primigenios cristianos de las comunas de la Palestina y Galilea de Jesús. No en balde vinieron aquellos sacerdotes franciscanos y dominicos que censuraron las atrocidades cometidas por el imperio conquistador. Creo que esa capacidad de sacrificio, aguante y redención en algo viene de ellos. Sembraron en la profundidad de nuestras almas indígenas, afro descendientes y mulatas la fe, esperanza y amor por construir otro mundo posible. Fue de nuestra tierra de gracia aborigen que nació la utopía sublime de vivir en dignidad e igualdad. El papa Benedicto sabe de ello y por eso mostró sencillez y respeto por lo que ocurre en este bastión sagrado de la doctrina de Cristo que es Latinoamérica. El encuentro de estos dos Capitanes de la historia, El Papa Benedicto y el Comandante Fidel es muestra grande que se puede congeniar entre el cristianismo y el socialismo como expresión de la libertad y la igualdad. Estos Prohombres aun en su edad pueden dar mucha ayuda a un mundo en conflicto entre la barbarie y la construcción de una civilización centrada en el amor y la dignidad. Viviremos y venceremos.

 

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