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13.Abr.2012 / 04:56 pm / Haga un comentario

Que buena brisa ha sido la del mes de abril para los tiempos de la revolución. Definitivamente el tiempo madura los procesos. Las fechas del 11,12 y 13 de abril de 2002, marcan un hito en la historia republicana de nuestra patria bolivariana. Hace 200 años, el ejemplo que Caracas dio, mostró lo que nuestro pueblo es capaz de hacer para evidenciar su talante heroico y actitud libertaria. El heroísmo del venezolano no es guapetonismo, mas bien su carácter afable y sencillo abriga la fortaleza humana y espiritual de principios y valores innatos de seres decididos a defender y luchar por su sentido de justicia y libertad. Los ancestros aborígenes fueron varones y mujeres valientes; la estirpe Caribe enfrento con furor en la batalla la asimetría bélica del conquistador imperial. Son raíces profundas de sabiduría y bravuras de mar y selva, las que orientan al heroísmo del venezolano. Quedaron marcados en el inconsciente colectivo sus infinitos gritos de libertad y su coraje en la lucha. El heroísmo venezolano no le teme ni le importa la estatura del oponente. Las gloriosas notas del himno patrio recogen esos anhelos del pobre y humilde que no olvida la necesaria ayuda del Altísimo para lanzar el yugo del opresor. A esa raza india se le suman milenios de vivencias de nuestros hermanos afro descendientes, que cargados de magia, añoranzas y música sembraron la naturaleza indómita ancestral venezolana. Aun sentimos el peso de los siglos en las infames cadenas de la esclavitud. Estas marcas nos permiten saber identificar inmediatamente al que ignominiosamente somete a sus congéneres sin importar los asuntos de caridad y dignidad, además osa pretender coaccionándonos por la fuerza. De esa madera y barro somos los venezolanos, crisol de raza indómita con visión y actitud mulata de la Europa revolucionaria de la época; tan distinta a la conservadora de hoy, que indigna a millones de su propia tierra de mundo viejo. Es un orgullo sano, saber que somos un pueblo hijos e hijas de libertadores y no de opresores. En nuestras mujeres no hay malinches ni cortesanas palaciegas que ofrecen a su patria. Los lacayos de nuevo cuño son productos de almas que vendieron su dignidad al capitalismo; vendieron sus sentimientos y valores por monedas de plata como lo hizo el traidor Judas con el Profeta Galileo. Lo de Ozzie Guillen es vergonzoso; ver de congojas inmerecidas a quien en buena lid se raspó sus costillas en el polvo de los campos de la pelota venezolana. Todos los millones no cuestan la dignidad de un pueblo Caribe que juega mejor al bate y guante que la gente que vive en el imperio y se somete desgraciadamente a sus humillaciones. Pasará el tiempo y la lucha sigue; estos días de abril serán recordados siempre como fechas en que el pueblo venezolano le dijo al imperio norteamericano que somos libres y nunca nos verán de rodillas. Somos un pueblo de gloria, somos un pueblo valiente y heroico, somos los hijos del Padre de la libertad de América: Simón Bolívar. Le decimos a la burguesía criolla y a la plutocracia imperial: No despierten la ira de este pueblo noble como aquel 11. No despierten la ira del pueblo, burguesía, no despierten la ira de este pueblo digno, amoroso y sencillo, que a la hora de hacer valer su decisión por ser libre, va a hacer uso con mas contundencia de cualquier fuerza humana y espiritual para lograrlo como ese inolvidable 13 de abril de 2002. Viviremos y Venceremos.

 

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