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Sin temor a equivocarnos, fuimos millones quienes sentimos una gran emoción y felicidad por el laurel de Pastor Maldonado en el gran premio de España en F1. Ese inolvidable domingo las redes sociales y noticias expresaban la satisfacción del inmenso logro de este joven venezolano. En si mismo, los preparativos previo a la celebración del día de las madres, configuraron una actitud positiva, fusionada para el encuentro y gozo de la familia en todos los hogares del territorio patrio. La estructura de la sociedad y sus componentes se conmovieron por la fuerza impulsora de la victoria del flamante piloto, capaz de generar en el colectivo de nuestra nación una suerte de renovación moral, humanamente elevada por el reconocimiento al esfuerzo, tesón y sacrificio de este ejemplar atleta. Los colores de la bandera y el sonido telúrico del himno nacional estremecieron a muchos por igual; allí nos vimos reflejados con orgullo todos sin excepción. Lamentablemente algunos voceros de la MUD, de manera mezquina e incongruente quisieron enturbiar la participación de Pastor Maldonado en el evento anual de la Fórmula 1 y perniciosamente manipularlo políticamente. El odio es una fuerza potente que al mezclarla con la ideología se convierte en una peste como el cólera, despreciable. Es cierto que la política tiene muchos desencuentros y puede llevar a la guerra, no obstante nadie duda que la política teóricamente debiera ser objeto de justicia, sabiduría y razón. Enjuiciar políticamente a Pastor Maldonado por su empeño y pasión en ser campeón, que recibe financiamiento del Estado venezolano, sus instituciones y del gobierno bolivariano deber desterrarse de la emocionalidad que produce el odio antichavista de voceros y voceras de la MUD. Lo escrito por Yon Goicoechea y manifestado por María corina Machado, son muestra que algo no esta funcionando bien en la oposición venezolana. Las manifestaciones de odio, envidia y otras terribles explosiones de la turbación opositora son contrarias al espíritu de amor y confraternidad de los venezolanos por su flamante piloto. El gran aporte de este muchacho es tan milenario para la conciencia y actitud humana como la música, la poesía y la pintura; son las energías positivas del ser humano que cualquier mortal se sensibiliza ante ello. La MUD tiene que imaginarse que la vida en esta patria inseparable, puede tener momentos de reconocimiento y alegrías sin conflictos; porqué conmocionarse por el triunfo de Pastor y darle reactividad política adversa, dogmatica e irracional a esta evidente y aceptada realidad integradora. La ingrávida, serena y vital cualidad de Pastor Maldonado como expresión de la generación de oro, ha sido suficiente para anular cualquier posibilidad de odio. Hemos escuchado en él sus profundas convicciones espirituales y patriotas que lo proyectan en la justa dimensión de lo que somos los venezolanos: creyentes, humildes, sencillos, anímicos y optimistas. Quedará anulado este odio en algunos voceros de la MUD, lo dudo. Aún así, tengan la certeza que la patria del hijo padre Bolívar, superará con la inmensa fuerza del amor todas las barreras imposibles, hasta lograr las victorias y transformaciones que en todos los sentidos aspiramos los venezolanos. Pa´ lante Pastor Maldonado. Viviremos y Venceremos.