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1.Jun.2012 / 05:45 pm / Haga un comentario

Nuevamente voceros nacionales e internacionales de la MUD, la derecha lacaya y los halcones imperiales, sacan de sus mangas de virulenta hechicería: el tema del fraude electoral y la tipología de la dictadura de Chávez. La sensatez política global reconoce que Venezuela construye de manera sistemática una autentica democracia participativa y protagónica, con los procesos eleccionarios cada vez más organizados; asimismo es innegable la paz social y el bienestar evidente en todos los estratos sociales que vive nuestra nación en comparación a conmocionadas regiones europeas. Con el pesar de sus triquiñuelas, el oposicionismo realizó sus elecciones internas y seleccionó al candidato majunche para enfrentar a los patriotas bolivarianos; no se tuvo ningún complejo en examinar que este evento democrático de las primarias de la MUD fue bien interesante y pedagógico para comprender aún más, el lento pero decidido proceso de cambio que transita la sociedad venezolana. Retomar ahora este ambiguo discurso del fraude y el de la dictadura, nos ha permitido contrastar las profundas debilidades de algunos postulados y premisas que soportan endeblemente el alegato de los partidos de la derecha. Les ha sido muy difícil justificar la tipología de “Dictadura” que dicen ellos se vive en nuestro país. El pueblo chavista se pregunta cómo es posible que estos actores políticos, de manera descarada, continúen enunciando problemas de libertades políticas, cuando todos hemos observado detenidamente el uso formal de sus derechos civiles para realizar, como de hecho se realizan, su precampaña electoral con el apoyo de la burguesía nacional, los medio adversos al gobierno bolivariano y el apoyo soterrado de malinches latinoamericanos. Lamentablemente para ellos, el candidato escogido de la derecha no ha sido valorado suficientemente para competir con el líder socialista. ¿Qué realmente buscan con estos pronunciamientos? La gran mayoría del pueblo venezolano no está sorprendido por estos rasgos obsesivos de la derecha reconcomiada y está preparado para cualquier trance. La oposición ha tenido durante todos estos años la oportunidad de manifestar la libertad de conciencia con el respaldo institucional del Estado a través del Poder Publico Nacional representado en el CNE y las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas. Bastaría cuantificar la inversión financiera de las movilizaciones del Plan Republica en todo el territorio nacional, para percatarse de las inmensas responsabilidades que tiene la institución armada con los postulados constitucionales en esta materia de índole eleccionaria. Por muy golpistas que sean los axiomas del oposicionismo, y por mucha divergencia que tengan de la política nacional y de los Poderes Públicos, el evento electoral del 7 de octubre será reiteradamente un acto democrático regulado por los preceptos constitucionales. Las elecciones son asuntos de Estado fundamentados en principios de honestidad, participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición de cuentas y responsabilidades en el ejercicio de esta importante función pública. El sagrado derecho de concurrir a este proceso electoral también está asociado a mecanismos de control que aseguran la pulcritud de los mismos. La oposición está dando muestra de desespero y la violencia es mala consejera. Sencillamente no han comprendido que un pueblo heroico aprendió a amar a su Comandante Chávez y eso no se puede deshacer con mentiras y cizañas. Viviremos y Venceremos.

 

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