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Muy pocos pueden negar que la institución militar es uno de los estamentos fundamentales del Estado moderno. Todo estadista lo sabe y de alguna manera abordan esta temática con profundo respeto, seriedad y sindéresis para atender las relaciones del poder de las armas y las eventuales beligerancias. La humanidad de este milenio y la mayoría de los pueblos quieren paz y no guerras, en un mundo con relaciones internacionales sumamente conflictuadas. El aspecto castrense y equipamiento militar forma parte del disuasivo equilibrio multipolar. Existen suficientes supuestos constitucionales del porque los Jefes de Estado, asumen la jerarquía superior de los grados militares con el fin de conducir y comandar estas altas responsabilidades. Las acciones de guerra internacional o interna, no es sino la continuación de las transacciones políticas y relaciones de poder, llevando consigo la mezcla de otros medios. La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento, una continuación de las relaciones políticas, una gestión de las mismas con otros medios. Con estas afirmaciones se visualiza lo sumamente prudente para abordar estos aspectos de la vida castrense de una república. Es cierto, que se requiere del rigor de otras ciencias para abordar, con mayor grado de certeza y menos incertidumbre las aproximaciones a sus complejos procesos y situaciones. Recientemente el candidato presidencial de la derecha venezolana, en todo su derecho como aspirante a la primera magistratura de Estado y Comandante en Jefe de La FANB, presentó un mensaje al sector militar de la patria. Irresponsablemente, éste se acopió de manera fraudulenta, de un soporte comunicacional interno forjado del Ministerio de La Defensa para publicitar la atención de las tropas y demás profesionales militares. En toda la institución militar venezolana se ha cuestionado este hecho, que a todas luces pueden mirarse subordinada a la naturaleza de un constructo político incapaz que recae puramente en el campo de la irracionalidad, y un ciego impulso de naturaleza caprichosa, de influencia y probabilidad aventurada y del azar; que la convierten en una acción sin seriedad e irrespetuosa a la dignidad de los miles de hombres y mujeres que integran la FANB. Toda actividad militar está relacionada, directa o indirectamente con el combate. Es el fin por el cual un soldad@ es alistado, equipado, armado y entrenado, y propósito por el cual come, duerme, bebe y marcha, es sencillamente, que él o ella, debe luchar por su patria hasta la muerte si es necesario, en el lugar y momento preciso. El engaño vil y la manipulación de este pretendido candidato presidencial, para dirigirse a ellos y ellas, es percibido como alguien que no conoce y siente sus pareceres, y de tal manera, tener en cuenta como una persona no confiable para estas altas responsabilidades. La patria bolivariana se apresta a escenificar uno de sus trascendentes momentos de su historia. Es la confirmación de su independencia política, único bien logrado en la epopeya del glorioso pueblo venezolano en el siglo XIX; hoy doscientos años después se avecina una nueva apetencia guerrerista imperial por el petróleo y riquezas de nuestra biosfera; nuestros enemigos no son los lacayos de aquí, son fuerzas potentes acostumbradas a someter a pueblos y naciones enteras por estos fines; pero en este siglo XXI, se han topado con los hijos e hijas del Libertador Simón Bolívar. Somos el mismo ejército patriota de ayer libertario y vencedor de imperios y este candidato burgués no tiene puesto los pantalones largos para ello. Viviremos y Venceremos.