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Sale de mi alma la afinidad en escribirte esta carta oh Príncipe Amoroso de la Paz, a propósito de estas noches de natividad. Nuevamente celebramos y conmemoramos el tiempo de tu nacimiento en esta época de vientos fresco en nuestra querida isla bonita de Margarita. Reconozco en la intimidad de mi espíritu que tú eres el hacedor del cosmos y de toda la magnitud impensable del infinito y que ante ti me rindo. No es fácil escribirle al Creador del universo con todas sus formas visibles e invisibles y que todo lo sabe. El sencillo e imperecedero ejemplo de nacer humilde en ese cobijo, al lado de tus padres y animales domésticos, nos contrapone a pensar porque escogiste ese momento y lugar de la historia en la Palestina dominada, y no antes ó en esta época de tanta información, medios y globalización. Asimismo, interrogarnos más allá de la profecía y el sentido profundo de tu ascendencia; en vez de nacer de prodigiosos sabios y reyes, preferiste a la pequeña Belén de Efrata, con tú amado padre artesano y madre campesina llena de Gracia. Aprendimos que los misterios del alumbramiento forman parte de nuestra fe y tradiciones; también lo hemos enseñado y legado a nuestros niños, hijos, nietos y ahijados. En Venezuela como en otros lugares acostumbramos a motivar a los chiquillos para que te escriban pidiendo los juguetes y regalos del Niño Jesús. ¡Qué cosa, Tú el único cumpleañero que regalas de verdad! Creo que no vamos a dejar de hacerlo porque sabemos que eres el amigo que nunca fallas y nos anima a que se manifieste ese placentero y bullicioso momento mañanero de hallarlos. Te confieso que los adultos también te pedimos: pocos los escriben, más bien se piensan y desean en la soledad amigable de cada ser. A veces creo que la verdadera dicha de la humanidad es no olvidar tus bienaventuranzas, parábolas y el milagro de la repartición de los panes en el monte; que siguen vigentes cuando sentimos que realmente nos satisfaces y alcanza para todos. En esta navidad de 2012 te pido que nos permita seguir constituyendo una sociedad y civilización centrada en el amor; que las naciones más poderosas respeten la dignidad y soberanía de todos los pueblos, y en especial que proveas de salud, sosiego, avenencia y fortaleza al Presidente de nuestra república bolivariana y que regrese pronto a su amada patria. Viviremos y Venceremos.