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La política esencialmente es humana. El gen social y político nunca podrá mediatizarse, ni suprimirse. La exclusiva condición de seres gregarios, sociales y políticos es lo que nos permite períodos de encuentros y desencuentros. Es esa condición muy humana lo que nos impulsa a compartir la gratitud esplendida de la felicidad de la vida y también sus vicisitudes más agrias como la ruptura, la confrontación y la muerte. El 27 de febrero de 1989 fue la fulgurante y resplandeciente alborada de la revolución bolivariana. Dolorosa y miserablemente se repitió la campanada de la historia contra la dominación y liberación de los pueblos. Pareciera que estas circunstancias fueron parte substancial de los caldos de cultivo de las rebeliones patriotas de esos tiempos imperecederos de finales del siglo XX., cuando las elites políticas, económicas y militares que presidían, se olvidaron que la razón fundamental del arte de gobernar es procurar la mayor suma de felicidad posible para sus gobernados. En nuestro caso con esa rebelión patriota del 27F, el logro más sustantivo fue que la sabiduría del pueblo venezolano profundizó La Política como disciplina civilizatoria; espiritualmente más humana y realmente llena de virtudes sensibles a la emocionalidad popular. Por supuesto no es solamente la complejidad suprema de logros concretos, reales y materiales en el diario convivir; ha sido la búsqueda de la igualdad y equidad entre la justicia social y el derecho como paradigma transcendente de la vida en sociedad. El pueblo venezolano, independientes de sus posicionamientos sociales, hoy siente que sus percepciones, pensamientos y acciones se comparten democráticamente y especialmente son tomados en cuenta. Las razones de la conciencia protagónica como ejercicio del hecho histórico y la participación democrática con nuestras opiniones y la libre elección, han instituido un papel muy importante para el fortalecimiento de la nueva democracia bolivariana. Cada venezolano tiene conciencia personal y colectiva de ser reconocido por los demás, en nuestro derecho natural protagónico de participar en los asuntos de vida republicana. Creo que el hecho más resaltante de estas vivencias, fue la oportunidad de llamarnos a constituyente para construir desde el poder originario del pueblo, un nuevo contrato social, que se materializó en La Constitución de La Republica Bolivariana de Venezuela. Es por ese bendito paradigma socio político que hoy estamos de acuerdo la mayoría absoluta del pueblo venezolano. De manera axiomática, El Comandante Chávez ha sido un trascendental referente Político necesario para que vivamos en relativa armonía y paz, como piedra angular de todos estos procesos del ahora, Dios le bendiga. Es mezquindad no reconocerlo. Viviremos y Venceremos.