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14.Abr.2013 / 02:47 pm / Haga un comentario

John Lennon fue un imaginario soñador y controvertido personaje, no obstante pocos podrán dudar que fuera un activista por la paz. Hoy lo recordamos para decir que necesitamos miles de auténticos artistas sensibles a este principio inalienable de la vida. Virtuosos y creadores que expresen su total rechazo a las pretensiones guerreristas contra pueblos y que no negocien sus talentos a la lógica del mercado y la farándula. Lamentablemente pocos referentes de la música pop están vivos para apostar sus suertes por esta causa imperecedera de la humanidad; hasta el mismo originario auspicio de los premios Nobel se ha desprestigiado, otorgándoles este filantrópico galardón a farsantes del poder político que conducen guerras e invasiones. En este momento transitamos en descabelladas intenciones belicosas y en alta posibilidad insensata de experimentar con armas nucleares de nuevo cuño. A veces preguntamos porque la civilización permite estas esquizofrenias sin alzar sus voces. La ONU se desdibuja en su burocracia mediatizada por bastardos intereses crematísticos y la timidez diplomática de no ofender a nadie. Cuando en 1945 explotaron las bombas en Japón, el Presidente Truman en nombre del pueblo de Estados Unidos de América expresó con desparpajo destruir ciudades enemigas con la mortal y demoledoras explosiones atómicas y exigió rendición al imperio Japonés. El emperador Hirohito intuyó que este tipo de armas podría afectar no solo a su país, también a toda la humanidad y no dudó en rendirse. Desde allí se inició la locura de fabricar armas nucleares como actitud defensiva y disuasiva de naciones supuestamente desarrolladas. En qué cabeza cabe, la creencia que la explosión táctica de una sola bomba atómica es disuasiva para el enemigo, sin despertar el morbo de la barbarie destructiva de sus contrincantes. Nuevamente el imperio americano será corresponsable de estas matanzas y el Presidente Obama convivirá como el premio nobel que autorizó destruir con bombas atómicas a cientos de miles de seres humanos. Aun continúa el sexismo, el racismo y el guerrerismo. ¿Cuando la paz no ha sido benéfica para la humanidad? Por ello como John y Yoko, todo lo que decimos es dos, uno, dos, tres, cuatro: démosle una oportunidad a la paz. Viviremos y Venceremos.

 

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