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Indudablemente que 2013 ha sido muy significativo para el pueblo bolivariano de Venezuela. El tránsito del sacrificio crístico de la enfermedad y vuelo del bien amado Comandante Eterno, pasando por la elección presidencial del pasado mes de abril hasta la presentación de la solicitud de la ley habilitante en la soberana Asamblea Nacional; han abierto un nuevo capítulo para la historia venezolana de estos tiempos heroicos. No es la primera habilitante revolucionaria. Es justo reconocer que durante todo estas décadas iníciales del siglo XXI, se han desarrollado distintas leyes, procesos y mecanismos constitucionales que fortalecen la estructura del nuevo Estado Bolivariano; a pesar de las tremendas dificultades, traiciones y conspiraciones que fue sometida la concordia de la nación, el rol del presidente invicto Chávez fue determinante y paradigmático para enrumbar en paz el destino providencial del país. No obstante creo firmemente, le ha correspondido al Presidente Obrero Maduro en esta oportunidad, abordar temas vitales que se relacionan con la posibilidad real para profundizar la obra iniciada por el Comandante. Nos ha solicitado desde la humildad y majestad, acelerar y dar la batalla a fondo por consolidar una nueva ética política y moral republicana en la construcción de la sociedad socialista. La visita del Presidente Maduro a la sesión especial en ese sentido, fue centellante en los espacios del Palacio Federal que se proyecta inexorablemente al futuro. La lucha contra la corrupción y sus complicaciones endémicas de la guerra económica pasan por la transformación del modelo económico rentista del capitalismo venezolano. Es evidente la imperiosa necesidad de contar con leyes y reglamentos; aun así, es menester aplicar la decisión ejecutiva de combinar la acción con el debate fructífero y asertivo en la vida nacional. El mismo Padre Libertador fue contundente en sus decretos y resoluciones contra la corrupción y la desvergüenza inmoral de los traidores y tránsfugas de siempre. Hugo Chávez levantó esas banderas bolivarianas de las virtudes republicanas; muy pocos dudan que fue un autentico cristiano y revolucionario practicante del amor sincero y profundo al prójimo y bien común. Somos testigos que el mismo Comandante Chávez legó al Presidente Maduro la actitud irreductible contra la ineficiencia y la corrupción en la administración de los bienes públicos y el Estado. La Asamblea Nacional se ha convertido en el crisol del pensamiento político de la república, y el pasado 8 Oct. El Presidente Maduro tocó el alma nacional y el espíritu de la grandeza de nuestro pueblo. Desde su liderazgo, los chavistas estamos decididos resueltamente a construir una nueva ética y disciplina socialista del Estado bolivariano de Venezuela. Sienta el Presidente Maduro que el pueblo sensato y patriota lo acompañarán en estas apremiantes reflexiones y decisiones de solicitar en nombre de Cristo Redentor, la habilitante 2013. Venceremos.