Artículos
Grano de mostaza.
William Fariñas.
@williamfariñas
La batalla por la habilitante y la disciplina revolucionaria.
El colapso de la nación y la república siempre ha estado amenazado por el terrible contubernio de las traiciones, complicidades e hipocresías con el quehacer de algunos actores políticos y económicos. Además del robo del dinero público y la guerra económica, se le suma el narcotráfico, el lavado y blanqueo de capital mal habido, el consumo de drogas, la prostitución y la depravación sexual entre otros vicios degradantes de la moral y buenas costumbre. Los asesinatos cometidos por las hordas fascistas, el pasado mes de abril, son lamentables que no pueden quedar impunes. Los autores materiales e intelectuales deben pagar esos crímenes. Sectores de la más rancia derecha y oposicionismo de este tiempo bicentenario, evidencian desde ahora sus continuas estructuras de mesa osificada para menospreciar y desatender la urgencia republicana de la transformación legislativa propuesta en la solicitud habilitante del Jefe de Estado. Es imprescindible actuar con pasión, moral, acción disciplinada y eficiente en esta contienda. Tenemos que ser cuidadosos en no confundir al pensamiento crítico con las críticas destructivas y perversas, tan comunes en estos tiempos del asedio enemigo; Incluso en esta transición dolorosa de 2013, nuestro pueblo ha dado suficiente muestra de madurez ante los sacrificios, desafíos y pretensiones del imperio y su legión de lacayos. La actitud del pueblo bolivariano demanda especialmente más paciencia, más constancia, más seriedad y más trabajo para construir la patria. En cada rincón, como discípulos de estos tiempos heroicos; mujeres, hombres y niños muestran conductas que provienen del sujeta miento espiritual, racional y emocional al liderazgo de estos Comandantes inmortales. De ellos tan especial para nosotros, brota el amor, la esperanza, el esfuerzo y la voluntad para lograr construir la utopía de otro mundo posible. La disciplina a esas actitudes y pensamientos nos impulsa a ser diligente, estar atento y vigilante de los principios y valores que requiere la revolución bolivariana para construir una sociedad socialista. La disciplina revolucionaria es como la antítesis de la pereza, de la holgazanería, de la intemperancia, de la prepotencia excesiva, de la negligencia y la poca tolerancia al respeto por los criterios de sus camaradas. La unidad es fundamental para seguir construyendo nuestros sueños de una patria liberada e independiente. Estamos transitando la prehistoria del desarrollo espiritual y sólo el pensamiento complejo y amoroso nos permitirá fortalecer nuestras actitudes, conocimientos y principios revolucionarios en estos tiempos de batalla bicentenaria en pleno desarrollo. Venceremos.