Artículos

20.Dic.2013 / 05:27 pm / Haga un comentario

nacimiento-de-jesus

Amado Niño Jesús, la inteligencia humana pareciera carecer de suficiente comprensión para explicar las inmensas e infinitas posibilidades del universo. ¿Muchos se preguntan qué fuerzas gobiernan el universo? Las leyes de la naturaleza y ciencias fácticas aportan algo para explicarlo; sin embargo la inmutable precariedad de la física y todos sus supuestos, dice muy poco sobre estas interrogantes. Desde la humilde morada en este planeta azul, la humanidad ha utilizado en estos últimos 100 años una gran cantidad de recursos, talentos y capacidades para aproximarse a estas “realidades y misterios”; inclusive las naciones desarrolladas tecnológicamente en disciplinas aeroespaciales están cooperando conjuntamente para descifrar tantas incógnitas; de tal manera que se ha enviado mas allá de nuestro sistema solar naves no tripuladas que sondean los secretos profundos del cielo. En distintas culturas, escrituras y saberes se nos ha transmitido la presencia de un Único Creador del universo, Todopoderoso y Omnisciente. En la civilización actual millones hemos acogido en nuestro espíritu y alma una versión popular de Tú existencia. Varias tradiciones sagradas dicen que ese inconmensurable Ser se hizo humano, se hizo niño pobre y nació en Belén; de una joven campesina y un padre artesano en la Palestina dominada por el imperio romano de su tiempo. Ese Niño eres Tú. Para quienes creemos en Ti Jesús de Nazaret, es una historia sagrada; no es un espacio matemático ni científico, no es una historia efímera ni ambigua, tu historia es una experiencia primordial que nos ha marcado la vida. Niño Jesús no sólo eres un Dios de religiosos y teólogos; también eres un Dios perceptible, personal y vivo para la intimidad de quienes no van a iglesias y celebraciones; profesamos un culto de Ti como expresión del amor imposible y la fraternidad. Sentimos Tu presencia no sólo en templos de bloques y cemento, también en templos de la mente y el corazón. La principal atención que nos das es que contigo somos nosotros mismos en carne y huesos. No eres magia, eres experiencia real y gratuita. Niño Jesús te hiciste hombre con la humildad, aflicción y sencillez de los seres humanos más desvalidos. Nos demostraste que el amor, el perdón y la paz son fundamentales para encontrar el sentido de la existencia y del cosmos. En estos días decembrinos es tradición recordar tu natividad para alegrar los hogares cristianos y estar por siempre con y para nosotros. Durante esta época de tantos bullicios y deseos, buscaremos un lugar solitario para contarte algunos de nuestros asuntos y decirte que te extrañamos, que necesitamos tu ayuda pequeña, tu amor infinito de Hermano y tu paz inquebrantable de Padre Eterno. Que si podemos ser tu amigo en estos tiempos de revolución y heroísmo. Te pedimos como pueblo nos protejas y nos de tu bendición. Venceremos.

 

Hacer un comentario.




Los comentarios expresados en esta página sólo representan la opinión de las personas que los emiten. Este sitio no se hace responsable por los mismos y se reserva el derecho de publicación.

Aquellos comentarios que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto y/o que atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, este sitio se reservará el derecho de su publicación. Recuerde ser breve y conciso en sus planteamientos.