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Cada vez que la humanidad y las naciones centran su atención en los mundiales de fútbol , creemos que es posible construir una civilización sin confrontación bélica y alejada de conflagraciones inútiles. La final entre Alemania y Argentina fue espectacular e inolvidable. Es verdad que la organización de este tipo de evento supra deportivo cada 4 años en infraestructuras y demás aspectos del marketing no son nada baratos; no obstante es preferible invertir en la formación y preparación de niños y jóvenes para el fútbol y no verlos morir en infames guerras sin sentido; es incomparable esta inversión con los cuantiosos recursos financieros, científicos, materiales y humanos que se utilizan terriblemente contra los pueblos y naciones con intenciones belicosas inconfesables. Es cierto que la evolución humana dejó rastros en nuestro cerebro, conductas y emociones un pretérito primitivo lleno de azarosas limitaciones. Los ancestros desde el inicio de la existencia utilizaban gran parte de sus energías vitales e instintivas en la supervivencia y la guerra; compartimos que es la esencia amorosa de la humanidad el factor determinante para mantener la congregación social y la convivencia de los pueblos en su añoranza eterna por la paz. Realmente la matanza contra el pueblo palestino y la cínica actuación del gobierno sionista y asesino de Israel han conmovido profundamente a la humanidad en pleno mundial Brasil 2014. Una cosa es el gobierno sionista en Israel y otra es el sagrado pueblo judío de Moisés, linaje de Jesús. El Gobierno Sionista de Israel no representa a los sagrados misterios de la fe. Este gobierno asesino repite como los nazis, los mismos postulados infames de holocausto y muerte. Con sus murallas, ataques y bombardeos nos dicen cuanto despreciable y sin ética son. Quisiera emular la sabiduría sagrada de Salomón y del valiente David; logrando terriblemente con sus acciones crueles y hechos sórdidos, sólo el desprecio de los pueblos del planeta. Estas naciones pro imperialistas se creen los dueños del mundo y quisieran tener entre sus garras y dominación a todos los pueblos humildes y dignos de la tierra. No se puede negar que tienen poderosos ejércitos letales, con arsenales atómicos y de todo tipo. Lamentablemente representan en este siglo XXI, la peor desdicha del mensaje telúrico y sagrado del Cristo Redentor y liberador de los pueblos. La humanidad lo que quiere es respeto, dignidad y paz para construir una civilización centrada en el amor. Ante ello no callaremos nunca y a viva voz gritaremos ¡Viva Palestina liberada! Venceremos.