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El artífice de la propaganda nazi fascista y hitleriana Joseph Goebbels moriría de envidia ante las intervenciones psicológicas y mediáticas, conducidas por parte de las fuerzas imperialistas de EEUU contra la patria venezolana. Son operaciones militares no bélicas particularmente basadas en una creatividad inescrupulosas de la propaganda y la guerra sucia que trasciende cualquier ética de las conflagraciones. Se procura solapar el desplazamiento de la agresión directa, e incubar socialmente el odio y aniquilamiento moral de personalidades y lideres que se consideren enemigos. Esta «acción bélica no militar» no es un simple juego de palabras, más bien es un término que intenta ampliar la definición de la guerra más allá de los conceptos comúnmente aceptados. «La Guerra sin límites» (Unrestricted Warfare) actúa sobreponiéndose al uso exclusivo de los sistemas de armas, al dominio del espacio territorial y la denominada seguridad nacional. Se confronta al adversario con acciones no convencionales, meta militarmente de presión diplomática, con guerra psicológica y mediática, tecnológica, de redes información, de inteligencia, de contrabando, de drogas, guerra comercial y económica entre otras, para «torcerle el brazo». Son ataques integrados, explotando todas las áreas de vulnerabilidad social, política, cultural y moral de las naciones calificadas como objetivos; hasta señalarlas como países forajidos o Estados fallidos. La identificación personalísima de líderes fundamentales que conducen los gobiernos adversos al imperialismo norteamericano y su política internacional es un tema central, que convierte de hecho a estos personajes en objetivos de guerra; con acciones no bélicas, pero si de manera sistemática del uso de la guerra mediática, manipulando los medios de prensa extranjeros y locales contra estas individualidades referentes de las luchas antiimperialistas y patriotas. Igualmente se utiliza la guerra en Internet, mediante el dominio de los sistemas informáticos transnacionales, tratando de dominar la percepción social y las capacidades de la nación antagonista. Normalmente a estos actores políticos definidos como objetivos, se les endilga señalamientos como violadores de los derechos humanos, terroristas, narcotraficantes o simplemente corruptos. La manipulación se centra en buscar aniquilarlos moralmente ante la opinión pública de sus nacionales y justificar en el escenario internacional cualquier tipo de agresión o retaliación legal. El señalamiento por parte del imperio de los Estados Unidos de América contra Diosdado Cabello es una operación de la denominada «Guerra sin límites» que busca no sólo descalificarlo como un auténtico y legítimo líder que es de la revolución chavista, también difamar a la institucionalidad de los poderes públicos de la nación venezolana y muy particularmente mancillar el honor y moral de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Esta acción e injerencia es un asunto de Estado. Venceremos.